Quizás lo más difícil sea describirme, con el paso de los años he ido evolucionando como persona y como fotógrafo, es más, creo que el estar al otro de la lente me ha hecho cambiar como ser humano. Desde que tuve mi primera cámara, de esas serias que digo yo, la de la comunión no cuenta, ha estado siempre presente en mi vida. De hecho ya no volví a mirar las cosas como cualquiera sino como si fuera a fotografiarlo todo, de esa manera tengo muchas fotos en mi memoria.
Así que una vez descrita mi pasión por los megapixeles y carretes ahora diré algo más personal. Padre de dos maravillosas criaturas que son como de la familia y novio-marido de una chica maravillosa. No estamos casados pero lo haremos a los ochenta años. Estoy seguro que podré convencerla en todo el tiempo que falta. Para mí el humor es
tan necesario como respirar. No me imagino una sesión de fotos sin algún chiste o sobretodo algún truco de magia con los más pequeños. Aunque amo los detalles en la fotografía en la vida personal no lo consigo, de esos que le gustan el orden pero son desordenados Piscis, que le voy a hacer. Siempre llevo dos libros empezados a la vez. Una libreta y un bolígrafo son una extensión de mí mismo. Voy anotando cualquier idea, sobretodo para crear fotografías y preguntas que necesito hacerme del tipo: ¿en el cielo hay Corte Ingles? ¿Porque el mar no se sale?… Lo dicho, el humor.
Espero que disfrutes de cada una de las fotos que ves aquí. Párate a verlas despacio y estoy seguro que podrán transmitir por sí solas.
Un abrazo grande.